ACUERDO
ESCOLAR DE CONVIVENCIA
INSTITUTO MARÍA AUXILIADORA
Nivel
Secundario
Puerto
San Julián, Santa Cruz
I. PRESENTACION
El Acuerdo de Convivencia que
presentamos en este documento, fue elaborado con la participación de toda la
comunidad educativa que conforma el Instituto María Auxiliadora: directivos,
docentes, alumnos y padres. Se establece como un marco referencial, donde se
ponen de manifiesto pautas, criterios y fundamentos, para que todos esos
elementos puedan ser conocidos, valorados y puestos en práctica.
La idea de educar nos pone
permanentemente en contacto con la idea de futuro, y pensar en el futuro nos
puede provocar incertidumbre, aunque también tenemos la certeza indubitable que
en la educación,
en los valores del evangelio,
en la convivencia democrática, en la valoración y el respeto entre quienes integramos la comunidad
educativa se hallan los elementos que definirán las posibilidades de ese
futuro.
La escuela es un
espacio común, en tanto es un espacio de encuentro donde se elabora la
vivencia y el crecimiento de personas que lo hacen indefectiblemente en
relación y no como un espacio donde solamente se aproximan individuos con
vivencias particulares.
Es por eso que
entendemos la convivencia como la construcción común de experiencias que son
comunes también. No se trata meramente de reglar el espacio de contacto de
experiencias individuales, sino de proponer aquello que nos permita entender la
convivencia como una experiencia construida entre varios, para ser vivida entre
varios y que enriquezca a cada uno individualmente, con lo que las diferencias
aportan, en un contexto donde la diversidad es la regla, y donde cada uno
individualmente se apropia, toma para sí, algo de ese todo. Frecuentemente nos
referimos a la escuela como “mi escuela”, o “nuestra escuela”. Allí puede
apreciarse este juego entre lo propio y lo común.
Este espacio escolar
tiene una intencionalidad bien definida, la de la enseñanza, y la del
aprendizaje y la evangelización para contribuir a la formación integral de una
persona, y en la escuela se enseñan y se aprenden muchas más cosas que aquellas que dicen los programas
curriculares. Aprendemos y enseñamos modos de relacionarnos, de percibirnos a
nosotros mismos y a los otros, de actuar frente a las normas, de plantear
acuerdos y disensos. A veces esos aprendizajes se llevan a cabo de forma explícita
y otras van implícitas en las formas y los modos de relación.
Estos aprendizajes se
producen no solo en la escuela. Es frecuente que nos refiramos a un contexto
que “rodea” a la escuela, cuando en realidad no solo rodea, sino que atraviesa
a la escuela; por lo que no es sencillo afirmar que en la misma hay normas que
se deben respetar sin considerar que en muchos otros contextos se violan de
forma cotidiana. El concepto de autoridad en los adultos se ha visto modificado
con el tiempo. En ese escenario es en el cual tenemos que pensar acuerdos que
sostengan firmemente aquello que consideramos valioso, aquello que normalmente
denominamos nuestros valores. Entendemos así que un documento como este
acuerdo es un instrumento que nos permite enseñar y aprender a respetarnos, a
cuidarnos, a sostener y preservar aquello que consideramos valioso para todos.
II.
RESEÑA INSTITUCIONAL
Las Hijas
de María Auxiliadora llegaron a San Julián el 8 de Agosto de 1925. Al día
siguiente, comenzaron el Oratorio con la participación de 35 chicas. El 17 del
mismo mes comenzó a funcionar la escuela en forma sumamente precaria.
Esta casa
fue soñada ya por Monseñor Fagnano y la Madre Vallese, pero se hizo realidad a
pedido y con la ayuda de las ex alumnas de varios colegios, residentes en San
Julián. La nueva fundación fue dedicada a Sor Ángela Vallese.
Las
primeras Hermanas procedentes de Punta Arenas se establecieron en una casa
provisoria y alquilaron hasta el 8 de Agosto de 1930 en que se instalaron en el
actual colegio. Ellas fueron: Sor Luisa Rosso, ecónoma y maestra; Sor María
Gutiérrez, portera, maestra de labor y trabajos varios; Sor Filomena Michetti,
maestra, labor y música y Rosario Menco, una chica huérfana para la cocina.
Al poco
tiempo de la fundación se abrió la casa a alumnas internas procedentes de las
estancias de la provincia, y más tarde a chicas de hasta 12 años de edad
procedentes del patronato y de la ministitución.
Actualmente
el Colegio consta de Nivel Inicial, que siempre fue mixto; Nivel Primario, en el que
a partir de 1995 comienzan a inscribirse varones, dado el cierre del Colegio
Salesiano, y Nivel Secundario con todos sus años desde 2009.
La
población escolar aumentó significativamente en los últimos años por la llegada a la localidad de numerosas familias
venidas de provincias del norte del país para trabajar. Estas familias valoran
la educación cristiana y ofrecieron al colegio también su aporte profesional a
través de los docentes que ingresaron en la comunidad.
III.
FUNDAMENTACIÓN
1.
ÁMBITOS
DE APLICACIÓN
Las presentes normas de convivencia
se aplican en el Instituto María Auxiliadora, en forma personal, solidaria,
razonada y responsable, a todos los miembros de la comunidad educativa:
directivos, docentes y no docentes del establecimiento, alumnos, familiares y
tutores de los estudiantes, así como a todas aquellas personas que tengan o
puedan tener alguna vinculación con esta escuela.
2.
MARCO
LEGAL
Los Acuerdos Institucionales de
Convivencia fueron realizados en el marco general de los principios
establecidos en la Constitución Nacional y en la Constitución Provincial, y en
consonancia con la Ley Nacional de Educación (Ley Nº 26.206), y a Ley
Provincial de Educación (Ley Nº 3.305), las Leyes de Protección Integral de los
derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley Nº 26.061) y de la Promoción y
Protección de los Derechos de los Niños de la Provincia de Santa Cruz (Ley Nº
3.062).
Asimismo, se consideraron como marco
específico para su construcción, los siguientes documentos:
·
La Resolución Nº 62/97 del Consejo Federal de Cultura y
Educación de la Nación “Criterios básicos para el desarrollo de normas de
convivencia”
·
El Acuerdo 075/14 del Consejo Provincial de Educación Santa
Cruz. “Régimen Académico”
·
Propuesta Educativa de las Escuelas Salesianas
(2005): en él se presentan los
ideales educativos de la obra (Ideario).
·
La Gestión y la Convivencia Escolar, según
la Propuesta Educativa de las Escuelas Salesianas (P.E.E.S.) (2010): en él se plasman los principios de convivencia.
3.
MARCO
FILOSÓFICO–PEDAGÓGICO
A continuación,
a modo de ideario, se presenta la visión de educación, escuela, persona y sistema educativo que buscamos hacer realidad en nuestra
institución.
La Escuela Salesiana:
La Educación es fundamentalmente un proceso de
construcción y transformación de la cultura, entendida como un modo particular
de vivir y habitar en el mundo de relacionarse con la naturaleza, con los demás hombres
y con Dios.
La escuela católica es el lugar de la transmisión
orgánica, critica, valorativa, histórica y dinámica de la cultura. Persigue
este fin desde una visión cristiana de la realidad, mediante la cual la cultura
humana adquiere un puesto privilegiado en la
vocación integral del hombre realización de la persona en la dimensión
individual social trascendente (pág.1)[1]
“....la acción evangelizadora se realiza, en la escuela salesiana
siguiendo el principio de la encarnación: lo que no se asume, no se
redime."(pág. 2)[2]
La escuela salesiana como comunidad que
recibe y acompaña:
"La realización de un proyecto educativo en
la escuela católica exige la convergencia de intenciones, de convicciones y de intervenciones educativas
por parte de sus miembros.
Por eso nuestra escuela orienta sus esfuerzos
hacia la formación de una comunidad educativo pastoral que sea, a la vez:
sujeto y ambiente de educación (pág. 3)[3]
“...la Comunidad Educativo-Pastoral se convierte naturalmente en casa,
porque todos se sienten acogidos, aceptados valorados y estimulados en su
proceso de crecimiento y se cuidan la gratuidad y la
reciprocidad en las relaciones, en patio porque se cultiva la amistad y
el espíritu de fiesta, se promueven los intereses y las capacidades
personales, lo asistemático se vuelve educativo por la presencia animadora de los educadores y en parroquia, porque
cada uno encuentra el acompañamiento y las propuestas adecuadas para madurar gradualmente en la fe"
(pág. 5)[4]
La escuela salesiana al servicio de la formación
integral de la persona:
"La escuela es un ámbito privilegiado para
la educación integral de la persona. Por esto prestamos atención a todas las dimensiones de la persona humana: ser espiritual,
corpóreo singular, individual;...abierto a los demás;...
temporal que se desarrolla en la historia;...en relación con Dios. El Proyecto Educativo Salesiano, apunta a un destinatario preferencial:
el joven en sus diferentes etapas evolutivas. Por esto se van formulando itinerarios para llegar
a esta formación integral, teniendo siempre presente los desafíos de la
cultura juvenil'(pág. 7 y 8)[5]
La escuela salesiana educa con un estilo
particular: el Sistema Preventivo:
“De la experiencia vivida por Don Bosco y María
Mazzarello asumimos los rasgos caracterizantes: el joven es el centro del proceso educativo, lo
que significa recibirlo como es, descubrir sus potencialidades
y ayudarlo a crecer mediante múltiples intervenciones educativas durante la
jornada escolar y las actividades extraescolares, el clima de familia, el
ambiente educativo, la asistencia salesiana, la relación educativa personal y el
criterio de preventividad, por el cual se proponen experiencias
positivas que desarrollen en los jóvenes actitudes que les permiten superar los
riesgos y las situaciones difíciles ayudándolos a captar el sentido de la vida
y a vivirlo en plenitud. El Sistema
Preventivo se asienta en: la razón entendida como formación del sentido
crítico, búsqueda de las
motivaciones profundas y apertura a los valores de la cultura; la religión, entendida
como fe asumida y correspondida para emprender el camino personal de
santidad y la amorevolezza (amor cariñoso) entendida como acogida incondicional,
relación constructiva y rica en propuestas, como presencia cordial y
fiel entre los jóvenes” (pág. 12)[6]
Fundamentos básicos, según la Propuesta
Educativa Salesiana
Se
presentan los principios y normas de convivencia, los protagonistas de
la convivencia y los criterios de resolución de conflictos que se
gestan en ella.
Principios y
normas generales de convivencia:
Principios de convivencia, gestión y organización de la Escuela
Salesiana (pág. 9-10)[1]
• principio de centralidad de la persona humana, el centro de los
procesos en la Comunidad Educativa Pastoral es la persona: sujeto de derechos y
deberes.
• principio de preventividad.
• principio de relación y comunicación
• principio de unidad.
•
principio
de protagonismo del educando.
•
principio de
competencia.
•
principio de
participación corresponsable.
•
principio de animación.
•
principio de
evangelización
Normas
generales de convivencia:
•
Pertenencia
y adhesión: la escuela es un bien social que pertenece a
cada miembro de la Comunidad educativa Pastoral y al que cada miembro, a su vez,
pertenece. La presencia de todos los actores será positiva y participativa en
todas las convocatorias que los involucran, manifestando así el compromiso
personal con la identidad de la Institución y el respeto a las expresiones
patrióticas y de fe de la Comunidad.
•
Razonabilidad: se promoverá en todos los miembros una actitud de reflexión y
discernimiento que favorece el ejercicio de una libertad responsable y la
escucha de Dios.
•
Respeto y afecto recíprocos: el clima de familia deseado se logra a partir de la aceptación de sí
mismo y del otro en un diálogo sincero y constructivo. Todos los protagonistas
de la convivencia escolar son considerados iguales en su dignidad y distintos
en su singularidad por ser hijos de Dios.
•
Comprensión
y empatía: estas actitudes favorecen la autoestima y la
confianza mutua, facilitan el cambio de conductas y fortalecen los vínculos
interpersonales, superando toda forma de intolerancia, y creando comunión.
•
Responsabilidad: cada persona como individuo y como miembro de un grupo asume las consecuencias
de sus actos, de sus errores y omisiones, aceptando la corrección fraterna. Al
mismo tiempo responde positivamente a las decisiones que tome la autoridad
correspondiente.
•
Justicia y solidaridad: la educación para la justicia, la disponibilidad para compartir y la
actitud atenta hacia los otros, permiten descubrir sus necesidades y generar
gestos de apoyo, promoción, colaboración y servicio que comprometen a la
transformación de las personas y de la comunidad en su crecimiento armónico e
integral.
Desde la perspectiva pedagógico–institucional, el establecimiento
adopta los principios y valores de la democracia, entendida ésta en su
verdadera esencia, su significado y su práctica.
La Institución está organizada de acuerdo con el concepto de comunidad
educativa, en cuyo seno aparecen entrelazados y solidariamente comprometidos
los alumnos, los docentes, los padres de los discentes, el personal auxiliar y
de servicios, cada uno en el ejercicio de su rol en plenitud, con sus derechos,
y los deberes correspondientes; con su libertad, desarrollada en el marco de
las limitaciones impuestas por la moral, el interés común, el bienestar general
y el respeto por el prójimo. Todos son responsables del cuidado de la
Institución y de los hechos que en ella se producen, por cuyo mejoramiento
permanente deben velar, sin vacíos y sin desmayos.
La
educación es un proceso que tiende al perfeccionamiento de las personas
mediante la conversión de sus riquezas potenciales en actos de vida; y educar
es enseñar a vivir en forma independiente y responsable. Tales son los conceptos
pedagógicos que presiden el accionar docente de la Institución, en la
tarea de acompañar a los padres como primeros e irremplazables maestros de sus
hijos.
Las metodologías de enseñanza y de aprendizaje que se aplican son
celosamente seleccionadas y responden a diversas corrientes pedagógicas. Para
ello, todo el personal directivo y docente del establecimiento cumple con las
exigencias de un esmerado programa de actualización y perfeccionamiento
profesional en servicio, que se realiza en forma sistemática y regular en el
propio Instituto y con el aporte de especialistas en las distintas áreas de las
ciencias de la educación.
4.
OBJETIVOS
Este Acuerdo
Institucional de Convivencia se propone, esencialmente, para precisar con la
mayor nitidez:
ü El estilo de vida
interno que define al Instituto como centro de estudios, sujeto a los
principios éticos, morales y confesionales de la religión católica, a los de
una pedagogía que basa su mayor bondad en el diálogo que comunica positivamente
a los protagonistas del proceso de enseñanza–aprendizaje.
ü El juego de
responsabilidades que se establece entre las personas miembros de la comunidad
y la insoslayable obligación que cada cual tiene de asumirlas en plenitud tanto
en sentido individual como comunitario. Esto se apoya en una clara definición
de roles de adultos y adolescentes, respetando la asimetría y las diferencias
en las responsabilidades. Dichos roles deberán ser conocidos y ejercitados por
todos y cada uno dentro del marco preciso de sus exigencias, limitaciones y
manifestaciones de las relaciones.
5.
FUNDAMENTOS BÁSICOS DEL ACUERDO
• Concepto de
convivencia
Tradicionalmente,
en las escuelas se han utilizado los términos “disciplina” y “conducta” como
sinónimos. Hoy, es frecuente hablar de “convivencia”, concepto de mayor
amplitud que los anteriores.
Si nos atenemos
estrictamente a la etimología y las distintas acepciones del concepto
disciplina (término que no es más que un elemento dentro del campo mayor de la
convivencia), observamos las limitaciones de su semántica. Por un lado, se la
considera como adiestramiento que desarrolla el autodominio, el carácter o el
orden y la eficiencia, o como el conjunto de reglas para mantener el orden y la
subordinación entre los miembros de un cuerpo. En cambio, conducta, equivale a
modo de portarse, es decir a comportamiento. Por ello en las escuelas el
término disciplina aparece fuertemente homologado al de conducta, por lo que
“tener buena conducta” es igual a ser un alumno disciplinado que aprendió el
oficio de ser alumno. Conducta no es lo mismo que disciplina, del mismo modo
que disciplina no es sinónimo de convivencia.
Convivir, en
cambio, significa vivir en compañía dos o más personas que pertenecen a un
mismo grupo primario (todos sus miembros se conocen) o secundario (no
necesariamente todos sus miembros se conocen entre sí). La convivencia tiene
que ver, sustantivamente, con el hombre en su condición de ser social y con las
interrelaciones que se operan entre él y sus semejantes. La convivencia es,
pues, el centro de las relaciones humanas, y no es válida si no es armónica.
La formulación de
un Acuerdo Institucional de Convivencia (AIC) sustentado en este nuevo
concepto, favorecerá un proceso de convivencia integral que modifique la
práctica de los alumnos, no enseñando la simple obediencia, sino a promover en
ellos pautas de autocontrol, de interrelación sana y enriquecedora y de
construcción compartida, sustentadas en el marco de valores de participación,
valoración de diferencias y al servicio de su crecimiento integral y de los
objetivos institucionales específicos.
Otro elemento a
tener en cuenta en este punto, es que los alumnos no se apropian de
tales pautas por la mera acción de un acto de enseñanza conceptual sobre
valores, dis–valores o antivalores, sino por ponderación de los comportamientos
de los adultos significativos más próximos.
El Instituto
afronta el desafío de ser modelo de una comunidad verdaderamente cristiana, que
alimente la esperanza en el futuro desde la difícil realidad de nuestros días;
que sea fiel a sí misma, a su misión educativa, a su rica historia, con una
propuesta definida y representada por adultos que estén dispuestos a abrirse a
los valores de los jóvenes sin dejar de ser adultos, actuando con firmeza y con
adecuada discriminación de planos de responsabilidad.
• Opciones
para la acción
En la actualidad
prevalece lo diverso, lo heterogéneo y no es posible encasillar a nadie en un
futuro que la velocidad del cambio histórico torna por lo menos incierto.
La idea de lo bueno,
lo malo, lo bello o lo feo, lo que se debe y puede hacer y lo que no, encuentra
diferentes interpretaciones. Asistimos como protagonistas a la conformación de
un mundo en el que lo distante aparece como cercano y viceversa. En el que se
observa un notable distanciamiento entre adultos y adolescentes, entre padres e
hijos, entre docentes y alumnos. Frente a la aguda crisis que padece el hombre
de nuestros días, aparecen dos claras opciones para decidir la adopción de
cursos de acción que aseguren la convivencia armónica:
La primera opción
consiste en adoptar los mecanismos corrientes de adaptación a esa realidad, sin
tratar de modificarla y asumiendo roles y comportamientos que permitan
mimetizarse en la sociedad existente.
La segunda opción,
en cambio, consiste en crear una comunidad particular, en donde puedan
practicarse, creativamente, metodologías que lleven, si no a modificar la
realidad circundante, sí a conformar una pequeña sociedad distinta –exenta de prejuicios, por cierto– En ellas
se establecerán modalidades de convivencia que permitan el diálogo, el respeto
por el otro, la autoestima, la resolución pacífica de los conflictos, la
cooperación, la participación y la solidaridad, y que respondan a principios éticos y morales al servicio de
una escala de valores para crecer en responsabilidad, con espíritu
independiente y en camino hacia una real felicidad. Como esto constituye la
esencia de la educación –desarrollo de las potencialidades para crecer en
libertad responsable– es la opción que adopta el Instituto María Auxiliadora.
Merced a esto,
todos los que pertenecen a esta comunidad educativa vivenciarán la experiencia
de que es posible superar la crisis, superándose uno mismo.
La propuesta es
trabajar para el logro de este modelo, guiando al alumno al replanteo de su
propio rol en un mundo de permanente cambio que les exige participar y ser
actores directos del proceso de reconstrucción, desarrollando un diálogo
intergeneracional fecundo, maduro y creativo que ratifique a los adultos en sus
roles de autoridad, a la vez que les posibilite crecer y educarse en valores.
Para ello se torna necesario que la escuela enseñe a interpretar, a pensar, a
reconocer, a dar y a recibir, a reflexionar y a convivir.
El fortalecimiento
del sujeto, en tanto miembro de una sociedad, la recuperación de su identidad,
de su capacidad de decisión, de su autonomía, de su capacidad de intervención y
participación, son algunas de las metas propuestas.
Se propone
entonces, un modelo educativo que parta de la observación y la comprensión, que
tenga una visión realista pero no idealizada del mundo, que pretenda el rescate
y la difusión de valores cristianos y que a la vez
tienda a reubicarlos junto a conocimientos, saberes y habilidades adquiridas,
en situaciones concretas dentro de un contexto de actualidad.
• Principales
líneas de acción
Para el logro de
estos objetivos se irán implementando gradualmente las siguientes líneas de
acción en diferentes grupos de actores:
ü Repensar los modos
de vinculación intrainstitucionales,
ü Otorgar nuevo
sentido a la disciplina,
ü Reconstruir las
claves que permitan descifrar los comportamientos adolescentes, ya que aquellas
con las que contábamos hasta hoy, se muestran insuficientes.
ü Favorecer la
pertenencia a la institución,
ü Reconstruir normas
de convivencia explícitas y consensuadas,
ü Poner límites a los
comportamientos disruptivos procurando que aquellos guarden algún tipo de
vinculación con la transgresión cometida,
ü Analizar
conjuntamente los conflictos que hoy la atraviesan y las alternativas de
resolución,
ü Buscar consensos
que no impliquen abolición de las divergencias,
ü Promover canales de
comunicación explícitos.
ü Incorporar
conceptos y estrategias de resolución de conflictos (mediación, negociación,
arbitraje).
ü Favorecer las iniciativas
de estudiantes y otros actores institucionales que aporten a la construcción de
una verdadera comunidad creativa, solidaria y comprometida con sus miembros y
con su entorno.
ü Favorecer el
protagonismo de los adolescentes en su propio crecimiento personal y también en
el de sus compañeros y las personas con las que interactùe.
ü Recabar información
sobre iniciativas implementadas en otras instituciones.
ü Reflexionar sobre
la tarea docente.
6.
ACTORES SOCIALES: ADOLESCENTES Y ADULTOS
1.
Los adolescentes:
La adolescencia es una etapa de la vida de características
muy peculiares, pero que no es correcto asociar siempre, sistemáticamente, y
como con cierta ligereza y desconocimiento se hace, a situaciones conflictivas
y traumáticas. La edad difícil, como se la suele llamar, no lo es en términos
tan absolutos si se la compara con otras, como, por ejemplo, la senectud. Esta
realidad deben comprenderla y aceptarla todos y, particularmente, los propios
adolescentes, de modo que no reclamen para sí el centro de todas las
necesidades, atenciones y privilegios de comprensión.
A partir de tal equilibrio
conceptual, el Instituto sitúa la adolescencia dentro del contexto que impone
la psicología evolutiva o de las edades. Y la sitúa sin hacer, a priori,
concesiones ligeras y equívocas.
Los adolescentes constituyen el
grupo protagónico del quehacer de toda la comunidad educativa, porque ésta
conforma, en esencia, el centro de enseñanza y aprendizaje especializado en la
formación de la persona que vive esta edad. Ello lleva a la tremenda
responsabilidad que tienen los adolescentes frente al cúmulo de expectativas
que promueve su sola existencia y a la que debe responder. Esta es la inicial
responsabilidad que deberá asumir el alumno del Instituto, para procurar,
luego, el éxito en lo que emprenda, sabiendo que el estudio es, nada más y nada
menos, su trabajo específico como estudiante.
Ellos son los primeros destinatarios
de la vida, de las opciones y de las propuestas, y como tales deben
comprometerse a:
a.
Adoptar una actitud coherente con los Objetivos de la Escuela
Salesiana.
b.
Participar activa y responsablemente en la concreción de los
proyectos y propuestas, así como de la evaluación y autoevaluación de los
procesos de enseñanza-aprendizaje.
c.
Asociarse según sus intereses en diferentes grupos haciendo
camino de experiencia en torno a los valores de la Espiritualidad Juvenil
Salesiana.
d.
Abrirse a la cultura desde una actitud positiva y crítica
como protagonistas de su formación integral.
e.
Cumplir con las normas generales de convivencia.
f.
Empeñarse en construir el clima de familia que favorece el
crecimiento personal y comunitario
g.
Cumplir con las tareas propias de la etapa escolar correspondiente.
h.
La participación respetuosa y activa en clase, en los Buenos
Días, en el izamiento y arrío de la bandera, en las celebraciones litúrgicas,
en los actos patrios y en toda actividad propuesta por la escuela.
i.
El trato cordial, sincero y solidario con todos los miembros
de la Comunidad educativa.
j.
Predisposición a resolver conflictos de manera pacífica, sin
agresiones ni discriminación.
k.
El cuidado en la presentación personal.
l.
El comportamiento y vocabulario apropiados a cada situación y
ambiente.
m.
La utilización cuidadosa y responsable de las instalaciones,
mobiliario y materiales de la Escuela.
n.
La colaboración con la limpieza y el orden en los diversos
espacios escolares.
El comportamiento del adolescente de
este Instituto comprende dos aspectos: el uno se refiere a su dedicación
al estudio; el otro, a su conducta, tanto individual como social, dentro de la
comunidad educativa de la que forma parte y del medio en que actúa. El segundo de los aspectos señalados
–la conducta– requiere un tratamiento según sea un adolescente que se adapte
naturalmente a la convivencia dentro del grupo clase y del grupo escuela, o un
adolescente al que le resulta difícil convivir con sus semejantes o a éstos con
él. En ambos casos, el Instituto efectúa el diagnóstico, pero la solución, para
que resulte favorable a la mejor formación del adolescente, también en este
caso deberá ser procurada, de común acuerdo, entre el propio joven, la escuela
y el hogar.
Las faltas de disciplina de los
alumnos se anotarán en libro de actas y en el cuaderno de registro, y se
comunicarán al hogar. Por estas faltas, además, los alumnos podrán ser
observados o sancionados por no cumplir con las normas de convivencia.
La presentación, el aseo personal y
la vestimenta de los alumnos serán especialmente observados como aspectos
integrantes de su personalidad, con incidencia en la relación con sus
semejantes.
En lo que se refiere al “cuidado de la presentación
personal" (pág. 13).
En nuestra Institución ese cuidado lleva
implícito la presentación del alumno en cada jornada escolar con el siguiente uniforme:
·
Jean azul clásico, chomba blanca con el
logo del colegio, zapatillas blancas, azules o
negras.
· Para la época invernal sweater rojo y campera de abrigo roja con el
logo del Colegio.
· Uniforme Educación Física, para ambos sexos:
pantalón jogging azul sin logotipos de marcas, sin nada o con el logo
del colegio, chomba blanca con logotipo de la escuela, zapatillas blancas,
negras o azules.
·
Por cuestiones de
seguridad, no se permite el uso de aros colgantes ni de aros en distintas
partes del cuerpo (body piercing). No está permitido el uso de rastas, barba
o tinturas o colores estridentes en el cabello.
·
Ámbito de responsabilidad de la escuela. Se deja explicitado que nuestro ámbito de responsabilidad
es exclusivamente dentro del establecimiento educativo. El Instituto no se responsabiliza por lo que ocurriere en la vía pública fuera de la
actividad educativa y fuera de nuestro horario de competencia, en situaciones
tales como peleas entre grupos en la calle, robo de pertenencias a los alumnos,
amenazas de distintos grupos a los alumnos del Colegio, disputas en las
distintas redes sociales, etc.
- Los adultos: Personal docente, no docente y familiares de los estudiantes
El otro gran grupo de los dos
que conforman la comunidad educativa, está constituido por los adultos. Todos
ellos tienen la doble responsabilidad de velar por la correcta implementación
de este acuerdo y de mostrar que son capaces de sostener, en el ejercicio de
sus particulares roles, derechos y deberes, el mejor clima de convivencia en
sus propias relaciones interpersonales e interfuncionales.
El
personal directivo del Instituto definirá y enriquecerá de continuo el marco de
referencia dentro del cual todos los miembros de la comunidad educativa
desarrollarán su personalidad, perfeccionándola, ejercitarán sus derechos y
cumplirán sus obligaciones, con observancia de estas pautas y todas aquellas
reclamadas por las sanas costumbres y una armoniosa convivencia.
Los
docentes –y en general, las personas mayores que actúan en el establecimiento–
harán de su comportamiento social paradigmas de conducta. En el caso particular
de los profesores a cargo de cátedra, ejercitarán en pleno las bondades
señaladas en la definición de su perfil, conforme figuran en el documento
correspondiente. Todos, en suma, asumirán sin claudicaciones la docencia
natural que deriva de cada cual respecto de sus semejantes y, muy
significativamente, cuando se actúa en un centro educativo donde se forma a las
jóvenes generaciones.
Las familias de los estudiantes armonizarán
sus intereses con las modalidades propias del Instituto, al que habrán elegido
para sus hijos sólo luego de conocer y aceptar su proyecto educativo. Ante la
menor duda al momento de la inscripción, con respecto a la factibilidad de
armonizar con el Instituto sus deseos y propósitos, los padres recurrirán a las
autoridades del establecimiento en procura de superar los posibles desajustes
que se presentaren. Del diálogo que mantengan entonces con los directivos,
sacarán sus conclusiones y adoptarán luego, con plena responsabilidad y total
derecho, las actitudes que consideren como las mejores para el bien de sus
hijos, cuya educación esencial les compete intransferiblemente.
2.1. Los Padres:
Los padres y tutores de los alumnos deben ejercer la
insoslayable responsabilidad de ser los primeros educadores de sus hijos,
repercutiendo el ejercicio de la misma en la formación y posterior desarrollo
de la responsabilidad en el ámbito escolar. Las familias deben comprometerse a
sostener, vitalizar y favorecer los principios sustentados por el colegio y su
propuesta educativa Salesiana que libremente
eligieron.
Los padres, tutores o representantes
asumen el compromiso de:
a)
Desde
el momento de su inscripción, cumplir con las disposiciones establecidas en la
legislación y reglamentaciones vigentes;
b)
Apoyar
el proceso educativo de los hijos asistiendo a entrevistas, reuniones formativas
e informativas y otras actividades propuestas por la COMUNIDAD EDUCATIVA
PASTORAL;
c)
Interiorizarse
de los documentos orientativos: Reglamentación Oficial, Ideario Salesiano ,
Proyecto Educativo Institucional y Normas de Convivencia, y procurar su
conocimiento y difusión ante sus hijos;
d)
Cumplimentar
los requisitos administrativos (de inscripción, registrando y actualizando sus
datos personales, firmas en el colegio, y obligaciones económicas como
contraprestación del servicio educativo pactado)
e)
Notificarse
por escrito de toda comunicación emanada del colegio (boletines, citaciones,
sanciones, etc.);
f)
Justificar
por escrito las inasistencias de sus hijos;
g)
Acompañar
el crecimiento de la vida afectiva-sexual y el compromiso en la dimensión de la
ciudadanía activa;
h)
Atender
a la salud psicofísica de los hijos, ofreciéndoles condiciones favorables para
el trabajo intelectual, estimulando el orden, la perseverancia y el cultivo de
los valores evangélicos;
i)
Acompañar
la maduración de la fe y la toma de decisiones de los hijos, encaminándolos
para que adquieran responsabilidad en la elección del propio proyecto de vida;
j)
Conocer
y controlar la conducta moral y disciplinaria de sus hijos y su aplicación al
estudio, exigiéndoles el cumplimiento de todas sus obligaciones;
k)
Mantener
en sus relaciones con las autoridades, profesores y personal no docente una
conducta acorde con las normas del buen trato y el debido respeto;
l)
Establecer
y fortalecer vínculos entre el colegio y el hogar, asistiendo a los encuentros
periódicos, a las citaciones particulares, a los actos escolares, etc.,
organizados por el colegio;
m) Colaborar con el personal directivo y
docente del colegio, proporcionándoles los datos que consideren necesarios para
facilitar el conocimiento del alumno y de la realidad sociocultural en que
vive;
n)
Respetar
la autonomía del colegio en la conducción del mismo y en la elección de los
educadores;
o)
Canalizar
su participación en la comunidad educativa, a través de las reuniones de
padres.
p)
Fomentar
en sus hijos la responsabilidad y la urbanidad dando ejemplo en el cumplimiento
de los horarios y en la actitud de respeto en las relaciones interpersonales;
Las actitudes
de manifiesta falta de respeto de los señores padres o tutores para con la
Institución y/o su personal serán asentadas en las actas elaboradas a tal
efecto y serán tenidas en cuenta al momento de considerar la re matriculación
del alumno, notificándolos con la debida antelación de acuerdo a la normativa.
2.2. Los docentes:
Los docentes
son los agentes directos que acompañan y orientan los distintos procesos de
enseñanza-aprendizaje con diferente grado de implicación. Éstos son designados
por la Entidad, a través del Representante Legal, según la normativa vigente y
los criterios que a continuación se explicitan:
1.
Título
académico
2.
Aptitud
psicofísica, actitudes pedagógicas, competencias socio afectivas, comunicativas
y de conducción.
3.
Formación
profesional permanente y continua.
4.
Adhesión
a los principios, criterios y valores evangélicos y a la propuesta educativa
salesiana.
5.
Trayectoria
en la docencia, en el establecimiento o en otra obra salesiana.
6.
Trayectoria
educativa, afectiva y/o de fe.
7.
Experiencia
evangelizadora, de pastoral educativa.
8.
Otros
antecedentes.
Los docentes asumen los deberes y obligaciones que a
continuación se describen:
- Ser conscientes de la misión educativo-evangelizadora y de la fuerza e incidencia de su testimonio.
- Caracterizarse por una presentación digna y un trato cálido y cercano, que contribuya a fortalecer el espíritu de familia propio de la Institución.
- Ser competentes en su profesión y empeñarse en mantenerse actualizados en la formación pedagógica.
- Manifestar equilibrio y madurez a través de actitudes de diálogo y apertura en las relaciones educativas.
- Mantener un diálogo fluido con el Equipo de Gestión y aceptar sus decisiones, indicaciones y sugerencias y las de las personas delegadas por ellos para liderar equipos de trabajo.
- Mantener un ambiente favorable de trabajo priorizando las tareas en equipo.
- Cumplir con las normas que rigen en la Institución, cuidando la imagen e integridad frente a la sociedad.
- No está permitido el uso de teléfonos celulares en la escuela.
- No fumar en las instalaciones del establecimiento.
- Poseer plasticidad y espíritu de colaboración para adaptarse a la realidad cambiante y al trabajo en equipo.
- Estar abiertos y disponibles para recibir estímulos, sugerencias y propuestas que tiendan al crecimiento profesional y personal.
- Manifestar empeño por conocer, profundizar y vivenciar la espiritualidad del Sistema Preventivo.
- Ejercer la autoridad como servicio, con responsabilidad, sentido de justicia y amabilidad.
- Cultivar y favorecer las relaciones interpersonales en el quehacer educativo.
- Orientar y acompañar a los alumnos en todo momento, siendo mediadores con criterio preventivo.
- Planificar, ejecutar y evaluar corresponsable y cooperativamente el proyecto áulico.
- Entregar en tiempo y forma planificaciones, programas, planillas y demás documentación solicitada.
- Mantener en fecha los registros, informes, libros de temas y toda otra documentación pertinente.
- Trabajar desde y para las diversidades de los jóvenes en la perspectiva de la inclusión, la reciprocidad y el diálogo, estimulando el desarrollo de sus capacidades.
- Implementar estrategias metodológicas actualizadas que favorezcan el proceso de enseñanza aprendizaje.
- Evitar frente a los alumnos, toda afirmación contraria a las ideas y valores que emanan desde los representantes de la Institución, como así también del carisma salesiano.
- Reconocer los conocimientos y capacidades de todos los alumnos, y trabajar a partir de ellos, desarrollando estrategias que respeten y se adapten a las diferencias en el ritmo y forma de aprendizaje de los distintos alumnos.
- No dar opiniones que lleven a que algún alumno se sienta discriminado. Brindar un trato equitativo que no admita humillaciones, etiquetas, ni agresiones.
- Vivir las evaluaciones como instancias de aprendizaje y hacer las devoluciones dentro de los 5 (cinco) días corridos.
- Mantener privacidad respecto de aspectos de los alumnos que son de conocimiento por cuestiones profesionales.
- Evitar en cualquier circunstancia mantener conversaciones con los alumnos en las que queden involucrados los colegas.
- No realizar comentarios peyorativos sobre los compañeros de trabajo.
- Tomar conciencia de que todas estas normas son aplicables íntegramente a las comunicaciones virtuales.
- Las redes sociales (facebook, twiter, msm, etc) NO deben ser utilizadas en las comunicaciones personales con los alumnos y sus familias.
- Participar en los buenos días, actos, reuniones de nivel, jornadas de formación, jornadas pastorales, cursos y otras actividades organizadas por la institución.
- Colaborar y/o participar en proyectos extra-áulicos y de extensión a la comunidad.
- Facilitar la marcha técnico-administrativa al confeccionar en tiempo y forma l documentación requerida.
- Cumplir con todo lo establecido para los docentes por la normativa vigente.
- Guardar fidelidad y confidencialidad, de toda información personal y/o documentación que obre en la Institución acerca de las distintas personas que la componen.
- Tener conciencia de que siendo educadores debemos presentarnos a trabajar con vestimentas apropiadas al ejercicio, siendo modelo para los alumnos.
- Favorecer la mutua cooperación con la familia, a través de la fluidez en el diálogo y la complementariedad, buscando coherencia y evitando las confrontaciones y actitudes negativas.
- Atender a los padres que lo solicitan en tiempo y forma a través del cuaderno de comunicaciones.
- Respetar la confidencialidad de las informaciones sobre circunstancias familiares que son confiadas.
- Transmitir a los padres la evolución de sus hijos, valorando los logros y comunicando en forma fehaciente las calificaciones, así como también las sanciones disciplinarias.
- Asistir y orientar a las familias cuando hay dificultades de aprendizaje o socialización.
- Todos los docentes asumirán sus funciones puntualmente, no pueden abandonar el aula sin previo aviso.
- Se debe respetar ESTRICTAMENTE los horarios de comienzo y finalización de cada clase y de los recreos.
- Los pedidos de licencia y comunicaciones de ausencias deben hacerse al personal directivo correspondiente.
Se deja constancia de que el
incumplimiento de estas normas pueda generar un apercibimiento, que pueda desembocar
en una suspensión.
2.3. Los asistentes:
Para Don Bosco, el amor por los
jóvenes se traducía en una presencia amorosa y animadora de su desarrollo y progreso
moral, espiritual y cultural. El Asistente salesiano comenzó siendo el
salesiano joven que
se quedaba con Don Bosco y hacía votos para estar siempre con los muchachos en
el patio, en el aula,
en la capilla, en el taller, en el dormitorio. Estaban para ayudar a los
muchachos a mantenerse en gracia. Estaban en todas partes, eran el alma de todas las actividades
pero estaban como una expresión de amor, eran una presencia amorosa. ‘Nos querían mucho’ - era el testimonio de
los muchachos
La asistencia salesiana es el
corazón del sistema preventivo. Don Bosco estaba claro de la debilidad de los muchachos, de la
fragilidad de su voluntad, de la influencia y las huellas negativas del
ambiente, de modo que
la vigilancia para él significaba esa presencia suya de compromiso con cada
chico para acompañarlo, ayudarlo, sostenerlo. La asistencia es una relación intensamente personal, amistosa, providente. Crea un ambiente educativo en todo lo que implica conducir,
acompañar, liderar.
Don Bosco había entendido muy bien
que el amor de Dios es providente desde que llama al hombre a la vida. Su amor es providencia que vela por sus necesidades,
que le provee del alimento a su debido tiempo, y para Don Bosco su misión era personificar el amor providente de
Dios.
‘El hombre
del sueño -dice Don Bosco- me llamó por mi nombre y me mandó a ponerme a la
cabeza de aquellos a los que amaba.’ "No con golpes", porque de golpes
estaban saturados aquellos muchachos. La amistad ocupa en este sueño un lugar de
salvación, el más profundo sentido religioso y Don Bosco comprende que éste es
el significado pleno de su misión. El personaje del sueño lo envía a ser amigo
de los
jóvenes lo cual sólo puede realizarlo estando entre ellos relacionándose
personalmente con cada uno. Esto es, dentro del Sistema Preventivo, la Asistencia Salesiana.
La
asistencia no es pues un método pedagógico sino la expresión del amor de Dios
por cada uno de los jóvenes. Por eso, para definir y comprender la santidad de
Don Bosco hay que mirarlo entre sus jóvenes. Como presencia tutelar, es un permanecer
en el mundo juvenil, pero no para ser igual que ellos, sino como fermento, como
levadura, es estar con los muchachos para ayudarlos a cambiar, a crecer.
En la realidad el Asistente puede
ser comparado con el padre comprensivo, el amigo perfecto o el hermano mayor. Por
tanto, el Asistente debe lograr despertar confianza, respeto y cariño.
Don Bosco cautivó a los muchachos,
se hizo su amigo "No basta amar a los jóvenes es preciso que ellos sientan que son
amados.” Los guías o asistentes deben
actuar como padres amorosos. Deben observar para conocer a cada grupo y a cada
muchacho en particular. El ojo vigilante es por encima de todo, amable, amoroso, de forma tal que el muchacho sienta el amor
y no cometa la falta que lo privaría de ese amor. Por supuesto que no es tan sencillo
pues exige una sacrificada entrega. Es cuestión de vivir cercano al joven, a sus
problemas, a sus intereses conocerlos bien para poder ayudar a corregir errores
y modificar conductas y
aconsejar oportunamente una palabrita al oído.
La asistencia del salesiano debe
manifestarse en su capacidad de:
•
Estar participando en el mundo juvenil, logrando sintonizar con ellos.
•
Proponer, ofreciendo consejos, testimonios de vida, iniciativas que
resuelvan una necesidad
•
Animar y promover siendo capaces de descubrir lo positivo en las
personas y las acciones siendo capaces
de hacer sentir al otro protagonista de su propio crecimiento.
•
Prevenir estando atentos para evitar lo que pueda repercutir
inadecuadamente en una persona, situación
o grupo.
•
Ser capaces de crear un ambiente fraternal, de familia, caracterizado por valores que estimulen las relaciones interpersonales.
•
Acompañar, caminar juntos y saber adaptarse al ritmo de los otros, con
actitudes de animación y respeto
•
Tener conciencia de grupo, capaz de desarrollar la dimensión social y
comunitaria entre las personas con
espíritu de servicio solidaridad y corresponsabilidad
Es
una labor bellísima
la de acompañar a los jóvenes en su crecimiento espiritual y humano y una
especial oportunidad de vivir nuestra vocación. Comprometámonos y seamos
verdaderos asistentes para nuestros muchachos.
Los asistentes son elegidos por el
equipo de conducción y se reúnen con el mismo dos veces al mes. Dichas reuniones,
además de tener carácter consultivo respecto de problemas y conflictos, tienen
también un
carácter formativo ya que en las mismas se realiza una profundización en el
carisma salesiano y el sistema preventivo con su correspondiente aplicación a
las distintas realidades de los adolescentes y de
la escuela hoy.
Con
respecto al uso de celulares en el ámbito escolar:
Se prohíbe
el uso de celulares en el ámbito escolar. Se resuelve que no se podrá utilizar
el celular (ni ningún otro tipo de distractor) en el ámbito escolar. Siguiendo el Sistema Preventivo: cuando
no se respete la norma se procederá de la siguiente manera:
- El docente o asistente retirará al alumno y lo llevará a Dirección, y se labrará un acta.
- El directivo mantendrá una reunión con los padres o tutores para transmitirles tal situación y
- La comunicación entre alumnos y sus familiares dentro del ámbito escolar, deberá realizarse a través de los canales formales establecidos por la Institución (teléfono de línea de la escuela y/o cuaderno de comunicaciones), no a través de sus teléfonos celulares.
- No es pertinente tener al docente de “amigo” en facebook, twitter o cualquier red social, aunque si se considera la comunicación estrictamente educativa a través de correo electrónico, blog o página. Reglamento Inspectorial para Docentes punto 2 inciso 11.
Con
respecto a los festejos
Para la presentación de los buzos y banderas, y
todo otro emblema o símbolo de los grupos de estudiantes la Institución
establece un acuerdo previo con los alumnos y los directivos. Los alumnos
presentan por escrito los detalles de lo que quieren hacer, respetando los
A.I.C.
·
Se aspira a que los festejos puedan hacerlos en
conjunto con toda la Institución.
·
Se establece que los alumnos no pueden ingresar a
la Institución alcoholizados y/o drogados, dormidos, etc.
·
Todo festejo que pueda surgir se acordará
previamente con dirección.
Con
respecto al uso del comedor, biblioteca, sala de medios, equipo móvil de
medios:
·
Quien utilice éstos espacios, docentes,
asistentes, directivos, deberá establecer día,
fecha y horario en la planilla especificada para tal función.
·
La misma se encuentra en biblioteca.
Con respecto a la salud y la seguridad
Velando por la salud y seguridad de
nuestros alumnos se llamará a las familias para que se acerquen a retirar a sus
hijos cuando éstos no se encuentren en condiciones adecuadas para participar de
las actividades escolares (descompuestos, dormidos, con ingesta de alcohol y/o
otras sustancias, etc.). Cada retiro quedará registrado en el cuaderno de retiro.
Por
motivos de seguridad, se
sugiere a los padres que sus hijos no permanezcan en la puerta del establecimiento, una vez abierta la institución.
Se
deja aclarado que no está permitido fumar en la puerta de escuela, para velar por la salud y seguridad de los alumnos.
Con respecto a la convivencia y los
conflictos:
Propiciando la
comunicación y para preservar la relación académica; teniendo en cuenta la
importancia y necesidad de contemplar la relación asimétrica, donde alumnos y
docentes son sujetos de derecho:
ü Se espera que los docentes respondan a su rol de saber
experto y que los alumnos comprendan y respeten dicha relación asimétrica.
Dicha relación debe mantenerse en el aula, en la comunicación personal directa,
en la que no deben confundirse los roles ni las cuestiones ideológicas
personales.
ü Se
espera asegurar la realización de la actividad educativa, tanto por parte de
los docentes como de los alumnos y sus familias.
Por
considerar que la convivencia en la escuela es una construcción, es prevención, y
es un hecho educativo en sí mismo, la escuela Salesiana busca fortalecer su
condición de espacio donde se generen encuentros entre los diversos actores.
Los
pasos necesarios en el proceso de resolución de conflictos son los siguientes:
1. Diálogo
reflexivo y sincero que ayude a los implicados en el conflicto a tomar conciencia
de las consecuencias de sus actos.
2. Planteo
de metas concretas de conciliación
3. Reparación,
seguimiento y evaluación conjunta de los logros alcanzados. Replanteo de nuevas
metas superadoras.
4. Aplicación
de sanciones, (ACTA LEVE Y/O GRAVE) para reorientar la actitud de los
implicados en los casos en los que en los pasos anteriores hubieran resultado
insuficientes. Las sanciones responderán a la reglamentación vigente en cada
jurisdicción y a los acuerdos institucionales.
5. Notificación
fehaciente a los implicados del motivo de la sanción…”
Se
acuerda que se consideran faltas leves las siguientes:
1.
Incumplimiento del uniforme: uso de
maquillaje excesivo, uso de aros colgantes o de aros en
distintas partes del cuerpo, rastas, barba o colores estridentes en el cabello; si
tuvieran tatuajes, los mismos deberían estar cubiertos.
2.
Comer y/o dormir en clase y/o sentarse
inapropiadamente.
3.
Conversar y distraer a los compañeros
durante las explicaciones y/o trabajos áulicos.
4.
Uso de celulares o cualquier tipo de
distractor.
5.
Enchufar celulares o cualquier otro elemento
eléctrico.
6.
Llegada tarde al aula.
7.
Vocabulario inadecuado.
8.
Maltrato del mobiliario.
9.
Arrojar objetos.
10. No respetar los lugares asignados por el asistente de curso.
11. Permanecer
en el aula durante los recreos.
12. Colocación
de carteles, decoración, u otros en el aula o cualquier lugar del establecimiento,
sin autorización.
13. Jugar a
la pelota o similar en el aula.
Los padres deberán
presentarse en el establecimiento cuando el alumno haya acumulado 3 actas leves y se los notificará de los pasos a seguir
en caso de una nueva acta.
IMPORTANTE: si
el alumno incurriere en una nueva falta leve, posteriormente a la acumulación
de tres actas,
firmará un acta grave, de la que también se notificará la familia
con presencia en el establecimiento.
Realización de acciones reparadoras:
siempre que el grado de la falta lo permita se procurará rehacer el camino de la trasgresión de una forma constructiva y si el daño fuese
material se pedirá a las familias responsables un resarcimiento económico.
Acta
de disciplina grave: aplicada ante un hecho grave, o ante la
cuarta acta leve. Notificación a los padres o responsables del alumno de dicha sanción.
Se
acuerda que se consideran faltas graves las siguientes:
1.
Agresión física, psíquica y/o emocional a
pares y / o docentes.
2.
Ridiculización de pares y/o docentes a
través de videos subidos a la web u otras manifestaciones.
3.
Arrojar elementos que representen peligro
para la comunidad.
4.
Rotura intencional del mobiliario.
5.
Sustracción de objetos a compañeros u
otros miembros de la comunidad.
6.
Ausentarse sin autorización de una hora
de clase.
7.
Manifestaciones afectivas inadecuadas.
8.
Sacar fotos, filmar o
grabar, sin autorización, ni consentimiento del adulto.
9.
Ingresar y/o usar pirotecnia, bengalas, etc.
10. Negación a requerimientos de docentes, autoridades y/o personal del
establecimiento. (Ya sea dentro del aula, fuera de la misma, o la
negación colectiva a entrar al establecimiento y/o al aula por distintos motivos).
11. Ingresar
y/o usar elementos que no correspondan al ámbito y actividad escolar y que no
han sido solicitados por los docentes para tareas específicas.
12. Ingresar
alcoholizado y/o bajo el efecto de sustancias.
13. Venta de
rifas, bonos, etc. para fines no institucionales y sin autorización de las
autoridades del establecimiento.
14. Utilizar
el nombre de la escuela para rifas u otros eventos sin autorización pertinente.
15. Plagiar
total o parcialmente lo realizado por otra persona.
16. Falta de
respeto a la Institución escolar, al ideario de las Escuelas Salesianas y a los
A.I.C.
17. Cualquier
conducta que impida y/o coarte el derecho o atente contra la dignidad de los
alumnos, docentes, y/u otras personas pertenecientes o no a la institución.
Suspensión
temporaria: ante un hecho de suma gravedad o llegado al
límite de 2 actas por falta de disciplina grave,
el Equipo de Conducción del Instituto y, según se considere pertinente, el
personal docente en relación educativa directa con el
alumno implicado, decidirá la aplicación de la medida de suspensión temporaria
la cual no deberá exceder el máximo de tres días por vez sumando un trabajo
comunitario. Se notificará a los padres o responsables
del alumno de dicha sanción y condicionará
la re matriculación en el ciclo lectivo siguiente.
Segunda suspensión temporaria del establecimiento: Ante una nueva falta grave, el Equipo de Conducción del Instituto y según se considere pertinente, el
personal docente en relación educativa directa con el alumno implicado, decidirá la aplicación de la medida de una segunda suspensión temporaria del establecimiento. En este caso, y según sea
la gravedad del hecho, podrá prolongarse la misma por más de tres días.
En esta última instancia y agotadas
todas las estrategias anteriores de diálogo y reflexión, teniendo en
cuenta, que el alumno que arriba a la suspensión es producto de un proceso por el
cual, y pese a las distintas estrategias elaboradas por la institución y la
familia, el mismo y/o la familia han decidido apartarse, de manera sostenida en
el tiempo, del Proyecto Institucional,
es que se informará a la familia sobre la no re matriculación del alumno en el ciclo lectivo siguiente.
En caso de falta grave por
cualquiera de las faltas mencionadas anteriormente u otra/s que el equipo de
conducción considere que ameriten dicha gravedad, y en caso de no presentarse
el/los responsables de la misma, luego de un trabajo sincero y reflexivo con
cada uno de los alumnos y con posterior reunión extraordinaria del Consejo
Consultivo, se aplicará la sanción
correspondiente a los alumnos implicados.
Ante cualquier otra falta no
contemplada en este reglamento quedará a
criterio del Equipo Directivo
y el Consejo Consultivo la medida disciplinaria a
aplicar.
A partir
de la Ley nacional 26.206 Art. 128 inc. C y los Art. 11 a 16 del Capítulo 2 del
documento “La Gestión y la Convivencia Escolar, según la Propuesta Educativa
Salesiana” sobre las normas generales de convivencia en la escuela salesiana,
es que la escuela se reserva el derecho de solicitar a las familias a ejercer
la libertad que les corresponde para optar por otra propuesta educativa.
7.
ÁMBITOS Y SECTORES
La armonía en la convivencia que se
persigue asegurar entre todos los miembros de la comunidad educativa, hallará
sus manifestaciones más precisas y directas en el seno de los distintos ámbitos
escolares y sectores de trabajo. Para ello, se atenderá especialmente la
realización de la tarea reflexiva en los pequeños grupos, entre los cuales se
observará y cuidará con celo extremo el más importante de todos ellos,
cualquiera sea la escuela que se considera: el aula, la clase, donde se
verifica el hecho educativo esencial.
En orden a esta
sectorización de la convivencia, como medios idóneos para alcanzar la armonía
deseada en toda la comunidad educativa, se atenderá a estas precisiones: el gobierno
escolar será de tipo democrático, con acción operativa descentralizada y,
consiguientemente, responsabilidad ejecutiva individualizada.
Cada miembro de la comunidad
educativa deberá conocer no sólo sus derechos y deberes, sino los del resto de
sus miembros, única forma de compatibilizar las tareas y responsabilidades
individuales.
La supervisión a cargo del personal
directivo de toda la tarea escolar será continua, sistematizada y orientadora.
Se dará preferente importancia a la presencia cotidiana del personal directivo
en las distintas clases, a las críticas pedagógicas que de esas clases se
realicen, al control de la documentación, al uso adecuado de los cuadernos de
actuación profesional y laboral y a la emisión de los conceptos anuales.
La base de los frutos positivos que
recojan del proceso de enseñanza–aprendizaje, estará dada por la calidad del diálogo
pedagógico que se da en clase entre los protagonistas de dicho proceso (profesores–alumnos).
La organización y el funcionamiento
del Instituto, tanto en sus aspectos pedagógicos como en los restantes,
contemplará las bondades del trabajo en equipo, a partir de la definición que
este concepto tiene y con reconocimiento de las dificultades que suele
presentar esta forma participativa de encarar la tarea.
Todo el personal del Instituto, en
sus distintas categorías, deberá asumir con plena e individual responsabilidad
el compromiso de actualizarse y perfeccionarse en forma continua y sistemática,
mantenerse debidamente informado y capacitarse previamente toda vez que asuma
nuevas funciones o tareas dentro de la profesión docente y del organigrama institucional.
Lo dicho para el personal en el
apartado anterior, vale asimismo para los padres de los estudiantes. Esos
compromisos de información, actualización, y capacitación serán satisfechos
–básicamente, aunque no de un modo excluyente– a través de lecturas debidamente
seleccionadas, participación en programas, asistencia a todas las reuniones a
las que cite el Instituto, colaboración en la obra general que realiza el
establecimiento y desarrollo de actividades.
Las autoridades del establecimiento
programarán, en forma periódica y planificada, reuniones generales y
sectoriales con la participación de los distintos miembros de la comunidad
educativa.
8.
ADMISIÓN
La inscripción de cada nuevo alumno
en el Instituto significa para éste la responsabilidad de admitir a una nueva
familia en su comunidad educativa. De esto se desprende el extremo celo que se
pone para decidir tal admisión.
Cada admisión se resuelve luego de
una serie de recaudos que se toman y que persiguen, en su conjunto, lograr:
ü Que la familia del
aspirante a alumno del Instituto, conozca en detalle las particularidades del
establecimiento expresadas, fundamentalmente, en las Bases Para Nuestro
Proyecto Educativo y en el Proyecto Educativo Institucional.
ü Que se establezca
un prolijo y provechoso diálogo entre la familia y el Instituto, de manera de
comprobar si entre el hogar –incluido protagónicamente el propio aspirante– y
el establecimiento, existen una clara unidad y una compatibilización de
pensamientos y propósitos en cuanto a la forma de encarar y conducir la
educación de los adolescentes.
ü Que la familia
acepte la realidad que la educación escolarizada sólo actúa subsidiariamente
respecto de la obligación insoslayable e indelegable que compete a los padres,
por su condición natural de tales, en cuanto a la formación de sus hijos. De
igual modo, se aceptará que la educación de esos hijos, en la mayoría de los
casos, es el reflejo y la consecuencia de aquellos modelos y aquellas prácticas
y costumbres que encuentran en sus hogares.
Condiciones
para la inscripción:
Se tendrán en cuenta los siguientes
criterios:
1. En caso de 1° año, certificado de
culminación de nivel primario.
2. Certificado de bautismo.
3. Ficha de inscripción.
4. En todos los demás cursos, se
ponderará el rendimiento académico y la conducta ética y moral, siendo
situación de análisis aquellos alumnos que posean actas de incumplimiento en su
haber.
5. Cuota al día y matrícula
correspondiente.
El mismo celo que el Instituto pone
para decidir la incorporación de nuevos alumnos y sus respectivas familias, lo
ejercita para la selección de su personal, de un modo particular del docente al
frente de alumnos. Así, el profesor cuya admisión al establecimiento se
concrete, deberá:
ü Responder al perfil
que se define en el PEI y dar pruebas indubitables que lo muestren en
consonancia con el perfil del establecimiento, allí también expresado.
ü Acreditar los
mejores antecedentes profesionales.
ü Demostrar
documentadamente su actualización en la especialidad y en la profesión.
ü Presentar los
avales que eventualmente se le soliciten.
9.
PERTENENCIA
Como uno de los
medios más aptos para favorecer la convivencia, se promoverá, en todos los
miembros de la comunidad educativa, un sano y profundo sentimiento de
pertenencia respecto del Instituto, de manera que ninguno de sus miembros se
sienta extraño en él, sino partícipe de su proyecto educativo y de su historia.
10.
ELECCION DE
ABANDERADOS. (Acuerdo 163/87)
10.1 Bandera Nacional
1. El alumno elegido deberá cursar
cualquiera de los TRES últimos años del Plan de estudios del establecimiento,
pudiendo ser reelegido para el ciclo lectivo siguiente. Se elegirán los
postulantes preferentemente en 4° año y de ser necesario, se completará con 3°
y 2° año respectivamente.
2. Los alumnos de todos los cursos
elegirán por voto secreto y por simple mayoría a un compañero.
3. Los criterios que deberán tenerse en
cuenta para la elección, serán los siguientes:
·
Haber
obtenido el mejor promedio a lo largo del ciclo lectivo.
·
Conducta
ética y social demostrativa de su capacidad de tolerancia, de respeto mutuo,
responsabilidad, actitud pacifista e integración social, evitando que la
calificación sea el único factor determinante de la elección.
·
Sentido
de solidaridad y compañerismo
·
Buen
comportamiento en la escuela y fuera de la misma.
·
Sentido
de patriotismo.
·
Manifestar
dedicación al estudio.
·
Haber
alcanzado los objetivos en todas las asignaturas en cada
trimestre/cuatrimestre.
·
De
nacionalidad argentina
4. Además deberá reunir, el perfil de
educandos que se explicita en el reglamento interno de la Institución, siendo
éstos:
·
Es
un alumno que busca relacionarse con todos los miembros de la comunidad
educativa, considerándola una familia.
·
Hace
su aporte para la progresiva maduración del grupo al cual pertenece, siendo
solidario, leal, respetuoso, sincero y abierto a todos.
·
Participa
con respeto y con fe en las distintas actividades y propuestas que hacen a su
formación cristiana y salesiana.
·
Es
protagonista de su formación integral con una visión positiva y crítica a la
vez.
·
Acoge
al trabajo escolar siempre como un deber y lo desarrolla con laboriosidad y
responsabilidad.
·
Cumple
en lo que respecta a la presentación personal, el orden de sus trabajos, al
cuidado de los ambientes de trabajo, a la asistencia y puntualidad, a la
presentación de la documentación pertinente.
·
Manifiesta
actitudes de compromiso con los valores nacionales y aprecio por los símbolos
patrios.
·
Alcanzó
un buen promedio y la valoración positiva del grupo de docentes en lo que
respecta al estudio.
·
Adhiere
conforme a su edad evolutiva a los valores cristianos propuestos por el colegio
y lleva una vida acorde con ellos.
5. Estos criterios se darán a conocer
entre alumnos y docentes, organizando el acto eleccionario.
6. Se entregará a cada alumno y docente
una boleta para la votación.
7. Se considerarán los TRES alumnos de
cada curso que hayan tenido mayoría de votos. En caso de empate se hará una
nueva votación entre los dos alumnos más votados.
8. El resultado de la elección será
analizado por el Consejo Asesor de la Institución, para luego darlo a conocer
entre alumnos y docentes.
9. La decisión final será tomada en
reunión de nivel, en presencia de todo el personal, bajo las mismas condiciones
anteriormente mencionadas.
10. Transcurrida la primer parte del
ciclo lectivo, se realizará una evaluación valorativa en reunión de nivel,
pudiendo abanderado o escoltas ser sustituidos.
11. Así mismo, en caso de considerar
alguna falta grave contra el Contrato Interno o el Acuerdo de Convivencia, en
cualquier momento del ciclo lectivo,
abanderado y escoltas podrán ser sustituidos.
12. Para evitar malas interpretaciones se
comunicará a los padres de todos los alumnos, los criterios y el procedimiento
para la elección.
10.2. Bandera
Provincial
1. Todos los criterios anteriormente
mencionados.
2. Está habilitado a portar la bandera
provincial aquel alumno/a que haya alcanzado el mejor promedio y por orden los
escoltas.
10.3.Bandera Papal
1. Estará a cargo del Área de Pastoral y
Equipo de Animación y Gestión.
2. Todos los criterios anteriormente
mencionados.
3. Manifestación de valoración, interés
y empeño en su formación cristiana.
4. Apertura a insertarse en la Iglesia.
5. Participación activa en las
propuestas pastorales.
10.4. Bandera del Instituto
1. Todos los criterios anteriormente
mencionados.
2. Sentir orgullo por pertenecer al
Instituto.
3. Manifestación de adhesión y
participación en las actividades propuestas por el Instituto.
4. Vivencien los valores de la
espiritualidad juvenil salesiana (estudio, alegría y piedad)
11.
CENTRO DE
ESTUDIANTES
Se lo considera un
espacio institucional de participación de los alumnos en la vida de la
Comunidad Educativa Salesiana. Es una asociación de carácter democrático y
representativo. Los integrantes que lo conforman son los alumnos regulares que
forman parte del Instituto, siendo sus actividades e iniciativas coordinadas
por una Comisión elegida por voto directo de sus pares.
Entre sus
funciones, se destacan:
a.
Elaborar su estatuto en consonancia con el PEI.
b.
Presentarlo al Equipo de Animación, Gestión y Acompañamiento
para su aprobación.
c.
Canalizar las inquietudes y necesidades del alumnado y
proponer alternativas para dar respuesta a las mismas, especialmente en el
ámbito académico cultural.
d.
Contribuir al diálogo y a la integración de los alumnos
dentro de la Comunidad Educativa sobre la base de los valores evangélicos y
democráticos.
e.
A través de sus delegados, previa aprobación del Equipo de
Animación, Gestión y Acompañamiento representa a los alumnos en el Consejo
Consultivo Escolar y en organismos sociales intermedios.
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